En nuestra experiencia en el plano físico, nos concentramos con tal energía en ciertas áreas de actividad que no prestamos atención a otros campos, a los que consideramos como restricciones. Algunos de nosotros quizás nos concentramos en los aspectos físicos de la existencia, que de por sí son muy legítimos, pero excluyendo otros elementos importantes. Otros nos enfocamos en el plano emocional, y algunos otros en el intelectual.
Este enfoque en ciertas áreas en particular puede afectar a toda una vida -hablando en términos reencarnatorios-, en la que elegimos por anticipado concentrar la atención en ciertas áreas en vez de en otras. Unos eligen ser estudiantes perpetuos, otros eligen el deporte, otros la familia, otros la carrera, otros el trabajo, otros la amistad, otros se centran en la pareja o los hijos.. Cada uno se ha enfocado en un sector de forma prioritaria como eje de su vida. El significado de la propia vida depende de ese sector de actividad determinado.
Aún así, cualquier momento en vuestro presente es un punto potencial de gran cambio creativo; pero, debido a los ritmos naturales, es más sencillo que los cambios ocurran en determinados ciclos, cuando un determinado tránsito o progresión nos empuja, ya sea desde fuera (tránsito) o desde dentro (progresión). Se nos dan eventos exteriores (en realidad los atraemos la mayor parte de veces) y estados de ánimo interiores, que nos demuestran que el cambio es constante, que la realidad está en movimiento, y que aún tras el mayor de los estancamientos, puede haber una encrucijada o crisis esperando, que nos ayude a transformar nuestra energía en algún nivel.
Quiero transmitir a quien lea estas líneas un mensaje: el sendero de la experiencia no está determinado. El universo es completamente flexible, y si percibís que hay rigidez en él, deberíaís mirar en vuestro interior para comprender cuál es la causa.
Aún a pesar de vuestro ámbito de influencia electromagnético (las influencias que aparecen en vuestra carta natal / vuestra forma de ver la vida / vuestra línea-que-no-se-pasa); aún a pesar de que creéis que no podéis hacer ciertas cosas o que ciertos talentos no os han sido dados, existe una amplia y profunda red de probabilidades para cada uno de nosotros, y que, aunque no lo creamos, están disponibles ahora. Esto nos cuesta mucho; no creemos que sea
La capacidad de imaginar y visualizar es un don que le fue dado al hombre, para crear, para moldear su vida. Si no crees que algo sea posible, ese es tu límite-creencia.
Si desarrollásemos nuestra capacidad de enfocarnos con todo nuestro ser en un determinado curso de acción elegido, sin recibir interferencias de las partes de nuestro ser que no creen en ello, los resultados serían rápidos y precisos. Casi sería, un “lo pido, lo tengo”.
Pero estamos fragmentados, divididos. Una parte de nosotros cree que todo es posible, otra no lo cree en absoluto. Una parte de nosotros pide ayuda, la otra considera que es autosuficiente o que no la merece. Una parte de nosotros desprecia el dinero, y otra se pregunta porqué no viene. Una parte de nosotros desea estar sana, y otra se prepara para la enfermedad de formas muy curiosas.
Si no somos totales, nuestra voluntad tampoco lo es, y por tanto nuestra fuerza magnética para mover y atraer los hechos que deseamos está muy limitada. Así, los resultados se vuelven escasos, y muchas veces pensamos que so fruto de la suerte o consecuencia de agentes externos que escapan a nuestro control o entendimiento.
Enlazando con la astrología, pienso que si estudiásemos el lugar de nuestra carta donde tenemos emplazado el signo de Escorpio, signo magnético y de voluntad inquebrantable, llegaríamos a tener un atisbo de la calidad de voluntad necesaria para cambiar la realidad en cualquier otro ámbito. El deseo de Escorpio es el paradigma de la fuerza que transforma la realidad.
Esa forma de desear, unida a la capacidad de visualizar, es el camino que conduce al cambio de creencias y, por ende, de nuestra vida.