No hay dos personas iguales. Aunque nacimos y vivimos en el mismo planeta, pudiendo compartir un acervo cultural determinado, cada persona posee un código personal e intransferible, un tamiz determinado a través del cual debe aprender a mirar y enfrentar los acontecimientos de la vida.
La astrología es un camino para aprender a amarse a uno mismo, ya que sólo conociendo las particularidades de nuestro tamiz, encontrando respuestas al porqué somos como somos cada uno de nosotros, podremos dirigir nuestra vida de forma más plena y equilibrada.
Encontrando esas respuestas se abre una puerta para que cada persona llegue al fondo de sus problemas, y a las preguntas fundamentales:
¿Qué he venido a hacer?
¿Cómo voy a hacerlo?
