La tanatofobia (de thánatos, 'muerte' y phóbos, 'miedo') se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a la muerte o a morir.
Si bien es natural temerle a la muerte, las personas que padecen esta fobia tienen exacerbado este miedo, al punto que las afecta en su vida cotidiana. En casos severos, rehúsan salir de su casa, participar de un funeral o incluso hablar de la muerte. Suelen ser hipocondríacas, debido al temor a contraer una enfermedad que los lleve a la tumba.
Como otras fobias, la tanatofobia suele originarse por algún acontecimiento traumático sufrido en la infancia, o bien por un miedo infantil no tratado a tiempo y que termina por desembocar en una fobia. Esta condición puede generar ataques de pánico, por lo que un tratamiento puede llegar a incluir medicamentos para controlar la ansiedad (por supuesto, deben ser recetados por un profesional).
Uno de los principales síntomas de la tanatofobia es la preocupación constante con respecto a morir o perder un familiar en un futuro próximo.
Pese a que muchas personas experimentan este tipo de miedo sobre una base a corto plazo (como al enfrentarse a una operación quirúrgica), las personas tanatofóbicas pueden encontrarse en perfecto estado de salud pero sostener una preocupación y miedo a la muerte y a la idea de morir.
Esta fobia puede llegar a ser tan severa que el trabajo y las relaciones sociales pueden llegar a verse afectadas negativamente si la obsesión con la muerte sigue en aumento.
Existen también varias manifestaciones físicas causadas por la tanatofobia:
- Boca seca.
- Insomnio.
- Ataques de ansiedad.
- Palpitaciones.
- Temblores.
La sensación de falta de control es otro síntoma que está presente muy a menudo.
En esta carta de uno de mis consultantes se pueden ver varios indicadores muy interesantes sobre el miedo a morir.
Es hipocondríaco y le tiene pánico a morir, hasta el punto de que condiciona su vida normal y la relación con su pareja e hijos, impidiéndole disfrutar de su compañía.
Me confesó que tenía ataques de pánico y de angustia y que le dolía la zona del pecho habitualmente, lo que le inducía a la sensación inminente de padecer un ataque al corazón. Otro de sus miedos es enfermar de cáncer y morir por esta causa.
En su tema vemos qué importancia tiene la salud para él, dado el peso de casa 6 en la carta, la cual abre Capricornio, por lo que la preocupación y la necesidad de tenerlo todo controlado en el ámbito de la salud es muy fuerte. Capricornio nos da disgustos allí donde cae, preocupaciones, pruebas que nos enfrentar a la realidad.
Y lo es más aún, si Saturno, regente de Capricornio, se instala en la casa 1, inoculándole un sentimiento de infelicidad y de no poder compartir su angustia con nadie. Donde tenemos a Saturno/Capricornio existe la sensación de que todo va mal, sin saber la razón.
Mercurio en Capricornio en la cúspide de la casa 6 da una mente que siempre está preocupada por la salud, que se llena de todo tipo de pensamientos tóxicos, pensamientos estrechos, muy reforzado por la cuadratura con Plutón en casa 3 (casa del pensamiento), que le da pensamientos trágicos, oscuros, le trae la idea recurrente de la muerte, de que todo irá mal, de que enfermará tarde o temprano.
El término “hades” (Plutón) en la teología cristiana (y en el Nuevo Testamento) es paralelo al hebreo sheol (ש×ול, «tumba»’ o ‘pozo de suciedad’), y alude a la morada de los muertos. En los antiguos mitos griegos, el reino de Hades es la neblinosa y sombría​ morada de los muertos, a la que iban todos los mortales.
La Luna acompaña a ese Plutón en casa 3, por lo que su mundo emocional, lejos de estar en calma, está constantemente agitado por la ansiedad y la preocupación.
Incluso me confesó que cuando iba en transporte público (casa 3) se iba fijando en la gente y jugaba a un juego interior, intentando adivinar si estaban enfermos y cuanto les quedaría de vida (Luna-Plutón en 3).
Es interesante destacar a Piscis en cúspide de casa 8. El miedo inconsciente a la muerte, a lo que él no puede explicar ni controlar está ahí. Si logra renunciar al control de lo que no puede ser controlado, y comienza a vivir en el presente, Piscis le dejará espacio y le traerá significados profundos que pueden ayudarle en el aqui y ahora, en una vida más consciente y más feliz (Neptuno, regente de Piscis en casa 5).
El Sol en Acuario en casa 6 hace que no viva en el presente, y que siempre se esté adelantando al futuro, siempre bajo consignas de enfermedad (casa 6). Ese Sol en exilio hace que su instinto de supervivencia sea bajo.
Resulta especialmente interesante que haya venido justo ahora a mi consulta, cuando Plutón se haya transitando por la cúspide de su casa 6, en conjunción a su Mercurio radical.
Ha llegado el momento de intentar con todas sus fuerzas un cambio de creencias, el momento de una metanoia, de una transformación de esa forma de pensar tóxica y pesimista.
Ahora es o todo o nada, y él lo sabe, porque no desea vivir permanentemente en este esquema de dolor, ya que para él es una muerte en vida. Si no lo consigue, ese Plutón transitante que lleva tiempo cuadrado a su Plutón natal puede acabar devorándole, algo que intentaremos evitar a toda costa con nuestro trabajo en la consulta.