Durante la interpretación de una carta astral, uno de los puntos de la carta astral en los que me suelo fijar es el sector donde la persona tiene el signo de Piscis, porque se convierte en un tema muy interesante a la hora de hacer comprender al consultante como funciona esa energía en su tema natal, una energía que, utilizando términos vulgares se convierte en “escurridiza o huidiza”.
Bajo mi punto de vista, el signo de Piscis es el más complejo de explicar, porque es el menos obvio de todos los signos, el que más oculto se encuentra y más misterioso aparece (..y desaparece..).
Todos los signos tienen dos caras, relojes hombrecomo si de una moneda se tratase. Todos tienen una forma energética baja y tosca y otra elevada y sutil. Por ejemplo, Leo puede ser soberbio y arrogante, pero también puede ser jovial y de corazón inocente y puro.
Esta dualidad se agudiza en los signos mutables Géminis, Virgo, Sagitario, y por supuesto, en el último de ellos, el insondable y nebuloso Piscis.
La cúspide de la casa que nos abra Piscis nos indicará un sector donde no somos dueños de lo que ocurra en la casa, sino que en la misma estamos sometidos a otras leyes, muy diferentes a las que rigen en el mundo físico, donde quizás estamos acostumbrados a “hacer” por nosotros mismos, o al menos a “pensar” que podemos hacer y que tenemos libre albedrío.
El tema del libre albedrío es muy interesante, sobre todo desde el punto de vista astrológico, y mucha gente pregunta sobre cómo funciona. Es cierto que todos tenemos una dosis de libre albedrío, unos más que otros, pero también es cierto que las influencias planetarias conforman líneas invisibles que delimitan nuestro territorio vital, emocional y psicológico. Es la “línea que no se pasa” y que nos ata a la tragicomedia que llamamos “nuestra vida”, con sus continuos eventos, muchas veces repetidos (salvo que seamos conscientes de nuestro territorio básico, algo que la carta astral muestra de forma muy precisa) o el final del territorio del conejo, que cuando es perseguido por un depredador y llega al límite de su territorio, prefiere dar la vuelta y ser cazado por su perseguidor, antes que aventurarse a cruzar hacia lo desconocido ( y quizás sólo había que ir un metro más allá para salvarse).
Volviendo a Piscis, es un misterio como funcionan las cosas con este signo. Para empezar, en ese sector/casa que tenga a Piscis en cúspide, no vamos a poder actuar de forma organizada ni vamos a poder prever ni controlar los resultados de nuestras acciones. Para poner orden ya están los signos de tierra, y sobre todo su opuesto, el analítico y ordenado Virgo.
Piscis introduce un patrón de caos, de incertidumbre y descontrol. En ese sector nunca se sabe que va a pasar, y cuando queremos actuar de forma impositiva y controlada, cuando queremos morder antes que ser mordidos, veremos cómo las cosas no saldrán como queríamos. Algo que se nos escapa actuará de forma que las cosas se volverán en nuestra contra y viviremos la energía de la casa en clave de pérdida.
En el siguiente ejemplo se puede ver muy claro cómo Piscis te puede dejar KO en un sector y no tener la más remota idea de la causa.
Esta chica es Aries, con el Sol en casa 7, y la conjunción Mercurio-Venus en Aries en casa 8.
Una Aries que está acostumbrada a no pedir permiso cuando alguien le gusta, y para la que el amor es algo que se siente de forma muy intensa y rápida. Ella cree que si alguien le gusta, lo natural es ir rápido a por esa persona y no esperar.
Hasta aquí todo normal para una Aries, una marciana de pro. Frecuentemente hago un chiste en la consulta, diciendo que el camino más corto entre dos puntos se llama Aries. Aries es el deseo imperioso, es el “lo quiero, lo hago”.
Ahora veamos en que sector tiene a Piscis. En su caso la cosa se pone interesante; tiene el Sol en casa 7, por lo que la pareja es un tema prioritario y esencial de su vida, pero el signo que abre la cúspide de la casa 7 es el nebuloso y escurridizo Piscis.
Aquí ella no sabía que cada vez que sea la que dé el primer paso para conquistar a alguien, el universo se lo negará. Siempre que ella se vuelva activa y emprenda en la casa de la pareja, va a vivir sus relaciones en clave de pérdida, y no saldrán bien. Esto es válido también para los planetas que estén en Piscis o para Neptuno, el regente de Piscis. Cuando se lo expliqué, entendió tantas cosas sobre su vida sentimental pasada, que salió impactada de la consulta.
¿Qué hacer? ¿Cómo entender la forma de funcionar de Piscis?
Mis observaciones me llevan a varias conclusiones:
1) No perseguir de forma activa (con acciones) el objetivo.
2) Renunciar al objetivo y trascender el deseo de alcanzarlo, para refinar esa energía, es decir “sublimarla”. No en vano, Piscis rige el sacrificio. Debemos sacrificar interiormente el “paraíso” que se nos promete en ese sector, y el universo nos recompensará de las formas más insospechadas, trayéndonos exactamente lo que necesitábamos, no lo que “deseábamos”.
3) Con Piscis funcionan muy bien dos técnicas: la oración y la meditación (visualización de imágenes). Estos medios pueden producir resultados sensacionales, dado que Piscis se rige por la ley del milagro. Pero fijaos que son medios en los que el Ser debe entrar en un estado alterado de consciencia, algo muy acorde con la energía pisciana.
Una persona con Piscis en la cúspide de la casa 2 no puede ser agresiva en la búsqueda de clientes, y cada vez que los persiga pensando en el resultado económico que va a obtener, las cosas no saldrán bien, se dilatarán, o simplemente se diluirán o no se alcanzarán.
Para esa persona, lo primero es “pasar”, renunciar a objetivos concretos y “dejarse llevar”. Y si quiere ver cómo puede atraer dinero de otra forma, debe ser visualizando cómo viene hacia ella, como por ejemplo, visualizar una cascada de billetes cayendo sobre sus manos extendidas.
Así es como a Piscis le gusta hacer las cosas.
Si la visualización se ha hecho bien, en el estado interior correcto, uno se puede sorprender bastante viendo como súbitamente y de las formas más curiosas, comienzan a venirle oportunidades en forma de clientes y negocios, pero sin ir a buscarlos. Es el universo el que mueve los hilos.
Y así podemos hacerlo extensivo para el resto de casas. Cuando Aries abre la casa, es al contrario: se tu mismo el que mueva la casa, el que lo inicie todo, sin dejarte llevar por la opinión de nadie más. Con Piscis es al revés: se trata de adoptar una postura de renuncia y sacrificio, de pasividad y de dejarse llevar. Ese sector se vivirá como un sueño, en fase letárgica.
En el esoterismo de todas las tradiciones, se cree firmemente que si Dios no quiere que le conozcas, no le conocerás, por mucho esfuerzo que hagas para ello durante tu vida.
Así es como funciona la casa 12, casa de Piscis, que es donde el individuo, después de pasar por las otras once casas (el Mundo), llega al momento en que debe renunciar a todo lo vivido anteriormente, debe aprender a confiar en que algo superior vendrá a su encuentro, y que ya nada de lo que ocurra depende de sus propias fuerzas. Pero para eso, debe ser receptivo y estar en el estado interior adecuado.
En la casa 12, se funciona cerrando los ojos, entrando hacia nuestro interior, y confiando en que ocurra lo que ocurra, estará bien para nosotros, porque debemos confiar en que ese es el camino de vuelta a casa, y que el paso por este mundo era el viaje que debía hacerse.
¿Nunca habeis pensado que los ascetas y monjes que se hallan en retiro, en continua meditación y oración, buscando el contacto con lo divino, se parecen mucho al pescador que, tranquilamente, tira la caña al mar, y se pasa varias horas esperando tranquilamente a que el pez pique, en una postura tranquila, paciente y silenciosa?