Hay consultas y consultas. En todas ellas se percibe una mano invisible, una arquitectura, un sentido oculto, algo inteligente disponiendo, ordenando e hilvanando un hilo que se desenrollará en la vida del nativo. Esa inteligencia puede ser su propia consciencia encarnada, o algo aún más grande, indefinible para nosotros.
Uno de los aspectos que más me sorprende es la sincronicidad de algunos eventos importantes, marcados en el nacimiento del consultante. No es que la energía de las posiciones planetarias atraiga ciertos eventos, sino que los eventos disponen la energía. Esto nos lleva a la eterna pregunta: ¿fue antes el huevo o la gallina?
Traigo hoy uno de esos casos que de vez en cuando me encuentro en la consulta, y que te dejan pensando durante un tiempo en la maravillosa sincronicidad que existe entre eventos prenatales o en el propio nacimiento y cómo se define después la vida del nativo, no ya sólo porque el evento se produjo, sino por como se manifiesta en la propia carta astral. Parece íncreible muchas veces cómo todo se dispone, y la sensación que le queda a uno es de asombro, de maravilla y de humildad, al reconocer que hay una inteligencia muy grande haciendo y deshaciendo tras el telón de lo aparente.
La carta que muestro a continuación es un ejemplo de sincronicidad astral.
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Esta consultante nació tras su hermana gemela, que murió unos minutos antes de que ella viniese al mundo, por asfixia al traer el cordón umbilical enrollado alrededor del cuello.
Es asombroso como este drama viene representado por ese Mercurio en Escorpio angular, en casa 1, a un minuto y medio de arco del ascendente natal en Escorpio. Un minuto y medio de arco equivale a unos 6 minutos en tiempo real.
Estamos ante una chica muy profunda, con una vida interior muy intensa, representada por el peso de Escorpio en su carta, que además deja en el momento del parto a un alma que la acompañaba, para seguir sóla en esta vida, por lo que el pensamiento de lo trágico y del abandono de alguien amado en el primer instante de su vida, siempre ha permanecido presente en su consciencia.
Ese Mercurio, significador universal de los hermanos, en Escorpio, signo que está ligado a la muerte, y entre la casa 1 y la casa 12, la casa de lo prenatal, de la renuncia, de lo que no puede llegar a materializarse fisicamente y se vive inconscientemente en clave de pérdida.
Un Mercurio muy angular, importantisimo en esta carta, que habla de un tema, de la hermandad no vivida, trágica, del sentimiento de un alma presente en su vida desde el otro lado, pero ausente fisicamente, que la confronta con un vacío interior que debe trabajar y resolver en esta vida.
Todo esto además, apoyado por la Luna en casa 3, que dice «necesitaba de ti hermana», pero en Acuario se vive como una utopía, como algo extraño a uno mismo, y además el regente de la casa 3 es Saturno, que se va a la 12 y se cuadra con esa Luna, diciendole a ella «este tema te dolerá, te hará vivir soledad, pero traías de serie este contrato, esta negación de tener una hermana físicamente presente en tu vida».
Y por último, la casa 8 la abre Géminis, cuyo regente se va a la casa 1, que enfatiza aún más la necesidad de introspectar sobre este tema de la hermana fallecida, que a ella la hace bajar a las cavernas de su propia consciencia.
Entender para ella que esta información estaba inscrita ya en su nacimiento es sanador y reconfortador, y la llevará a vivir más consciente y con menos peso.
Y a mi como astrólogo, me sigue dejando con la boca abierta cada vez que veo la obra de la inteligencia que dispone tras el telón de lo aparente.