Una de las cosas que siempre repito a mis alumnos es que la astrología es un mapa personal que nos muestra el camino al equilibrio.
Los antiguos decían que en realidad no hay doce signos, sino 6 ejes de signos opuestos que deben ser integrados en nuestra psique.
La sombra psicológica sería un rasgo no integrado en nuestra psique, y todos tenemos una sombra, que fácilmente podemos identificar en el signo y casa opuestas a la posición de nuestro Sol en la carta natal. Si tengo el Sol en Virgo en casa 5, por ejemplo, un sector de sombra sería para mi el signo de Piscis en casa 11.
También es sencillo verlo con el signo opuesto a nuestro ascendente, que determina una energía que atraemos sin darnos cuenta, como algo que nos falta pero que los demás tienen, sobretodo nuestras parejas.
Si mi ascendente es Acuario, atraigo a mucha gente tipo Leo, orgullosos, mandones y seguros de si mismos, por poner un ejemplo.
Para mí la Astrología debe ser algo dinámico, algo vivo, y debe ir de la mano con la psicología, porque debe ser transformativa.
Propongo un ejercicio psicológico a cualquier persona interesada en la astrología y el autoconocimiento.
El ejercicio consiste en estudiar en qué consiste la energía del signo opuesto a puntos de nuestra carta o que supongan una especial dificultad para nosotros, y tratar de manifestar conscientemente esa energía, hasta hacerla
nuestra.
Se trata de un intercambio para hacernos completos.
Ejemplo: Si tengo a Aries en casa 3 y a Libra en casa 9, seguramente soy una persona muy clara y directa hablando, a veces algo ruda, cosa que puede enojar a mi entorno y ponerme en aprietos porque seguramente me precipitaré y muchas veces hablaré antes de pensar, y creyendo que siempre tengo razón, sentiré que cualquier posición mental diferente a la mía supone un ataque directo a mis ideas.
Pues bien, una persona con esta posición, debería esforzarse por pensar y hablar de forma Libra, e integrar el opuesto. Debería trabajar el sopesar mentalmente antes de hablar, el comunicarse de forma diplomática y
educada, y saber escuchar a los demás.
Debería ser más dulce y sosegada y tener el tacto de decir cosas agradables
y lo que más convenga en cada situación.
Esa misma persona, por tener a Libra en casa 9, pasaría por el filtro de las relaciones de pareja muchas de sus creencias, que sentiría que si no comparte tiene un problema relacional, e incluso no viajaría sino es en pareja.
¿Qué debería buscar conscientemente esta persona? Integrar su energía Aries en la casa 9.
Ser más independiente en su visión de temas abstractos y profundos, así como, por ejemplo, atreverse a viajar sola.
Este es un pequeño ejemplo de cómo podemos manejar los ejes en nuestro beneficio, para desarrollarnos e integra más material.
Las personas que tienen oposiciones entre planetas en sus cartas, suelen tener problemas de este tipo, porque uno de los dos planetas siempre se proyecta al TU. Esto debe ser trabajado.
Ejemplo: si tengo la Luna opuesta a Saturno, y me identifico con la Luna, siempre pensaré que los demás niegan mis emociones, que son duros conmigo y que me impiden mostrar apego y afecto.
El problema es que eso irá implícito en mi forma de comportarme, y lo estoy atrayendo yo sin darme cuenta. Por tanto, debería integrar mi lado maduro con mi lado infantil, y no comportarme siempre como la Luna-niña
que se siente inadecuada en un mundo de adultos serios y severos (Saturno), dado que ésta es también una parte de mí que debe ser atraída a la consciencia y ser vivida para mi propia maduración e individuación.
Por tanto, integrar el opuesto es un rasgo de consciencia y maduración.